Por: Abel Rojas Barallobre

La calle también es un escenario de intimidad para el amor en Cuba, la mayor evidencia del noviazgo pasa también por la mirada de aquel vecino que los cogió dándose el primer beso, el cartero que hizo llegar la carta de amor, el florero que le vendió aquel jazmín, el recado de la única vecina que tiene teléfono en el barrio.

La calle y sus parques oscuros, sus esquinas de madrugada, sus pistas de baile, los teatros, los restaurantes, el Coopelia, el malecón, los paseos, han sido testigos de las mejores escenas de amor.

La calle es el espacio del compromiso público, de la compañía, el cambio de la rutina diaria de la pareja cubana. Andar de manos por la calle es la declaración de amor más importante, es decirle al portero, a la gente de todos los pisos, a los compañeros de trabajo, que estás enamorado, que te vas a casar, que vas a tener un hijo, que más adelante conocerá de amores por las mismas calles que caminaste.