Por: Gabriela Cañizarez Obregón
Eres la sierra, la tierra
Eres huracán de amor
Abrazando al viento
Eres el sol que calienta
Al desarropado y tembloroso
Eres pajarillo y bosque
Llenando los campos
De felicidad
Eres majestuoso sin horizontes
Y sin misterios
Eres el cielo limpio, el cañaveral, el sinsonte que vuela
Eres la madrugada envolviéndonos
En sus brazos amantes
Eres el almíbar cuajada
Eres el puente y por qué no
También el río
Eres el mar bravío
Eres la luz encendida
En fin eres mi sangre, mi país,
Mi Fidel buscando su propio cielo