PRIMERO DE MAYO A LO CUBANO

El Primero de Mayo el mundo conmemora el Día del Trabajo en honor a los mártires de Chicago, obreros asesinados en 1886 en esa ciudad norteamericana por llevar a cabo una huelga demandando lo que es hoy, gracias también a sus acciones, un derecho del proletariado, la jornada laboral de ocho horas.
En Cuba la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores en 1939 fue la primera organizada por la Confederación de Trabajadores de Cuba, precisamente a solo tres meses de efectuarse su congreso constituyente y luego de un extenso y arduo camino en pro de la unidad del proletariado de la Isla.
El estreno de esa celebración fue un gran desfile que partió desde la sede de la Confederación, en ese entonces ubicada en la intersección de las calles Belascoaín y San Lázaro en La Habana. La marcha avanzó hasta la Avenida de las Misiones, pasó junto al Palacio Presidencial, el Paseo del Prado y concluyó en el Parque Central; en la tribuna ubicada allí hablaron varios líderes obreros, entre ellos Lázaro Peña, secretario general de la CTC y quien hizo el resumen del mitin.
En nombre de los trabajadores del país, una representación de sus dirigentes entregó al Secretario del Trabajo un pliego de demandas que exigían el reconocimiento legal de esa organización, el cese de los desalojos campesinos, la defensa de la industria nacional y el establecimiento de leyes para el retiro.
Otras propuestas fueron, asimismo, la penalización a empresarios que burlaban las pocas leyes sociales y laborales existentes, medidas contra la carestía de la vida, reposición de los trabajadores desplazados, la puesta en práctica de un programa de obras públicas como vía para contrarrestar el desempleo y el repudio al régimen falangista implantado por Francisco Franco en España.
Desde 1939 la celebración del Primero de Mayo en Cuba tuvo un carácter unitario, hasta que a partir de 1947 elementos contrarrevolucionarios amparados por el gobierno y a la sombra del anticomunismo derivado de la Guerra Fría lograron imponer por la fuerza la ruptura del movimiento obrero y opacaron la fecha en aquellas instituciones sindicales en manos de los divisionistas, quienes realizaban actos demagógicos en locales cerrados y ajenos a la fibra proletaria que le imprimía combatividad.
Así transcurrió durante once años; sin embargo, los verdaderos representantes de las masas obreras celebraban riesgosas manifestaciones y mítines públicos para denunciar la explotación, el atropello, la tortura y el crimen por parte de los regímenes al servicio del imperialismo yanqui.
Con la llegada del poder revolucionario en enero de 1959, el Primero de Mayo se convirtió en fiesta de pueblo trabajador a la cual se suman estudiantes, campesinos y combatientes de las instituciones armadas. La CTC y sus sindicatos arriban a la cita proletaria ya no para exigir trabajo, salud, asistencia médica, justicia social, igualdad de deberes y derechos u otras tantas conquistas tan anheladas en diversos rincones del orbe.
El gran poder de convocatoria de los primeros de mayo los ha convertido a lo largo de más de cinco décadas en renovadoras jornadas de reafirmación revolucionaria y de unidad nacional.
Esa determinación está presente en esta fiesta proletaria con la presencia entusiasta de millones de trabajadores en toda la Isla junto a sus familiares en actos y marchas por plazas y comunidades.
Tanta es su significación que en la apertura del X Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba el Comandante en Jefe Fidel Castro afirmó:
“(…) el Primero de Mayo, se ha convertido, en virtud de su esfuerzo, en virtud de su triunfo desde el primero de enero, en factor preponderante y decisivo de la vida política del país, porque fue la clase obrera la que dio, con la huelga general que promovió con el Ejército Rebelde, el puntillazo final a aquellos planes de escamotearle al pueblo la victoria a última hora, como se había hecho otras veces”.
En esta esperada fecha el pueblo alza las banderas cubanas y resalta la historia legada por los líderes revolucionarios, de ahí también que Fidel planteara el 1ro de mayo de 1964:
“Nuestra Revolución tiene muchas cosas interesantes, muchas experiencias interesantes y útiles a todos los pueblos. Pero sobre todo nuestro país tiene algo maravilloso, algo que hoy, Primero de Mayo, fiesta de los trabajadores, podemos proclamar con orgullo: ¡Nuestro país tiene este pueblo, y este pueblo es lo más admirable que la Revolución tiene!”

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