Encuentros con Fidel

Por: Luis Varcasia Era

Por muchos es reconocida la capacidad de influencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, la habilidad de fundar, y de hacer de cada momento un hecho histórico; así mismo ocurriría con su relación con los Comités de Defensa de la Revolución, que además de crearlos, siguió cada uno de sus pasos de cerca, a través de los dirigentes de masa, en Asambleas, Plenos, Actos conmemorativos, en cada Congreso.

Recuerdo aquellas apariciones del Comandante, desde 1972, en la celebración de las jornadas anuales, para contactar directamente con los cuadros. Allí se dialogaba de temas tan íntimos como la vida personal de los dirigentes hasta del estado del transporte público.

Fidel inquiría a los líderes acerca de sus encuentros con los cederistas y su presencia los obligaba a perfeccionar su preparación individual, que incluía no solo el nivel de instrucción, sino además la cultura política, económica y que cada uno estuviera actualizado de la realidad del mundo que podía repercutir en nuestro proceso revolucionario.

De su viaje a Chile aprendió mucho, y los cederistas también, pues el Comandante relataba las circunstancias que vivía el país, las contradicciones políticas existentes y el peligro que corría aquel proceso, hasta el momento, pacífico. A su regreso de la Unión Soviética (URSS), y otros países, en 1973, nos regaló a los cederistas un libro que resumía su estancia en aquellas naciones.

En aquellos tradicionales encuentros, cada provincia le entregaba a Fidel algún recuerdo del territorio, él lo recibía con mucho afecto y escuchaba el mensaje de cada uno de los designados a entregarlos.

DEL PRIMERO AL SEXTO

En los encuentros con Fidel, algunos sugerían la celebración de un Congreso, él nos convenció que después del Congreso del Partido y la instauración del Poder Popular nos tocaría organizar la reunión del pueblo organizado.

Por eso estuvo allí gran tiempo, en el primer cónclave, aclarándole a Felicita Ortiz que fueron 4, las bombas que sonaron aquella noche del 28 de septiembre. Dijo: “Ni yo, ni nadie, sabíamos la clase de organización que estábamos creando”.

Luego el Comandante en Jefe, dando una sorprendente visión de futuro, afirmó:

“El país tiene que abrir cada vez más las puertas al mundo, las relaciones con el mundo serán progresivamente mayores, y tiene que serlo, porque el mundo tiende cada vez a la comunicación, al contacto. El turismo se puede desarrollar porque es un recurso económico del país…” Ideas enunciadas en aquel momento de fundaciones, hoy resultan mas palpables.

Al clausurar el 2do Congreso, Fidel comenzó disculpándose de no haber asistido a la apertura, debido a la fractura de un dedo de su pie; no obstante, había seguido de cerca el desarrollo de las sesiones, por ello podía indicar la frase que nunca ha perdido vigencia:

“Creo, diría, que los imperialistas, deberán aprender mucho de lo que significa una fuerza social de este tipo. Lenin dijo que una Revolución valía cuando era capaz de defenderse. Y se defiende con poderosos instrumentos (…) “Señores imperialistas, arrogantes y prepotentes: ¡No le tenemos absolutamente ningún miedo!”

Al tercero de los Congresos cederistas asistió gran cantidad de jóvenes, como se cree que sucederá en la novena cita. Los muchachos contaron a Fidel algunas expresiones de corrupción, delitos e indisciplinas que se estaban cometiendo y podían empañar el brillo de la Revolución. Llegado el momento de la clausura, el máximo dirigente se refirió a la lucha de todo el pueblo contra las cosas mal hechas y el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas que se desarrollaba en aquel momento.

Casi al final de sus palabras, Fidel expresó: “Me parece justo decir que la historia de nuestra gloriosa Revolución no se pudiera escribir sin la historia de los Comités de Defensa de la Revolución”.

En medio del periodo especial, en tiempo de paz, Fidel había insistido en la importancia de organizar el Congreso, y se desarrolló por cada provincia con mucha austeridad y combatividad:

“El enemigo imaginó que Cuba no podía resistir ni un año, ni seis meses, y han transcurrido casi cuatro años, desde el desmerengamiento del campo socialista y nos hemos enfrentado a problemas  muy serios (…) Por algo el enemigo tanto trataba de desacreditar a los CDR y de combatir a los CDR, porque sabe que es una organización formidable, poderosa, adecuada, para librar la lucha junto al pueblo…”

Con la fuerza de un huracán se celebró el quinto Congreso. Lleno de polémicas, transcurrió la reunión. Los CDR expusieron sus principales resultados en la lucha por ganar la calle, elevar los valores humanos y patrióticos y defender el socialismo con nuestros propios recursos.

En la clausura del 6to Congreso, la provincia de Camagüey recibía el diploma de primer lugar de la emulación nacional. En aquel entonces el coordinador del territorio había enfermado y fue German Consuegra, miembro del secretariado provincial, quien recibiera el galardón de manos de Fidel. No pudo el hombre evitar decirle al Comandante: “Fidel los camagüeyanos esperamos su visita…”, a lo que él respondió: “Yo tengo a los camagüeyanos muy presentes…”

Más tarde, al fondo del escenario del teatro, Fidel indagaría por la salud del coordinador camagüeyano: “Fue un detalle inolvidable, que un hombre de esa talla con tantas responsabilidades se preocupara por la salud de mi compañero”, declara quien pudo estar muy cerca del jefe de la Revolución en la última ocasión que asistió físicamente a un Congreso cederista.

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